19 mayo 2008

Serenidad (I)

Últimamente noto a la gente demasiado irascible. No son pocas las manifestaciones públicas de odio hacia otras personas en el día a día de la convivencia. No es tan complicado saber aceptar a las personas tal y como son sin necesidad de enfrentarse con ellas por no compartir el mismo punto de vista. Yo puedo respetar, pero no compartir. No compartir no significa destruir a las demás personas por tener una visión distinta de las cosas. En la variedad está el gusto, siempre se ha dicho, pero parece que a la gente, la variedad le horroriza. Se pueden argumentar miles de cosas, hacer ojos sordos (sí, ojos sordos, gente que no quiere ver ni quiere escuchar) a los asuntos y a las actitudes de otras personas, decisiones, opiniones.

No compartir una misma idea, a mi modo de ver, no es ningún pecado.

Soy breve porque me tengo que ir.

Hablaremos más del tema